Los organizados de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, que fueron aplazados hasta 2021 por la pandemia de COVID-19, ven la posible vacuna contra el virus como un ‘alivio’, aunque continuarán preparando el evento como si no existiera tratamiento. “Un sentimiento positivo y un alivio”, declaró Hidemasa Nakamura, alto responsable de Tokio 2020, en una reunión con la prensa. Pero añadió, “lo que hacemos en este momento es no pensar en una vacuna, porque todavía no la tenemos, nos concentramos en los test, la distancia social y también en la cooperación entre los atletas y las otras partes que participen”.

Los responsables olímpicos ya habían dejado claro en varias ocasiones que una vacuna no era una condición fundamental para la organización de los Juegos, cuya inauguración está prevista el 23 de julio de 2021. Pero también habían comentado que una vacuna disponible facilitaría su trabajo. El lunes el gigante farmacéutico estadounidense Pzizer y su socio alemán BioNTech anunciaron que su vacuna tenía una eficacia del 90% contra el covid-19 después de los resultados preliminares de un amplio estudio clínico. Las dos empresas creen poder producir hasta 50 millones de dosis de esta vacuna de aquí al final de año y 1.300 millones en 2021, pero la demanda será mucho mayor que la oferta.