Entre la multitud presente en el Nido de Coapa, sobresale Carlos. Él sufre parálisis cerebral psicomotriz. No camina, tiene débil el tronco e incluso ha estado en terapias Teletón. El muchacho de 19 años acude en silla de ruedas, esperanzado de que algún ídolo baje de su auto y le autografíe un póster enmarcado de su equipo favorito.

Miguel Herrera es el único en hacerlo, luego de que su padre, Rogelio, logró acercarlo entre la multitud que rodeaba al estratega crema.

“Mi hijo es de educación especial, pero también es americanista de hueso colorado y su jugador favorito es Chucho Benítez”, explica Rogelio. “El problema es cuando los jugadores no se quieren parar y estamos aquí, pero hay algunos que son muy sencillos”, se conforma.

De oficio taxista, Rogelio se ilusiona con el América. “Lo veo capaz de salir adelante contra Pumas. Siempre estamos al pendiente de los partidos, aunque a veces no podamos ir al estadio”, añade.

Carlos es tan fanático que ya ha tenido la suerte de convivir con Cuauhtémoc Blanco, Germán Villa o Guillermo Ochoa. “Temo le regaló un balón y también Mario Carrillo. Germán lo invitó al estadio a la última final que salieron campeones y hasta le regaló una playera”, valora Rogelio, porque ayer su hijo cosechó una firma más.