Francisco Jémez será el tercer entrenador europeo que esté en el banquillo de Cruz Azul; sin embargo, es el primero que viene directamente del Viejo Continente para enrolarse en el club, ya que tanto el húngaro Jorge Marik como Axel Bierbaum llegaron al club por diferentes circunstancias, aunque fueron gestiones muy diferentes.

El legado de Marik se puede resumir al ascenso de Cruz Azul a Primera División en 1964, el máximo logro obtenido como entrenador del equipo con el que estuvo hasta 1966, dejando bases sólidas que a la postre ayudarían a los Cementeros a convertirse en un equipo de época en la década de los años 70, incluso vivió un segundo periodo en 1976.

Bierbaum no tuvo la misma suerte. El teutón únicamente dirigió ocho partidos a Cruz Azul al entrar al relevo de Mario Velarde en 1990, completando el peor torneo del equipo en temporadas largas, en el que el saldo fue de ocho triunfos, 18 empates y 12 derrotas. A Bierbaum se le achaca que nunca pudo tener al vestidor de su lado, lo que hizo más complicado su paso por La Noria.

Por su parte, Jémez llega con la esperanza de que su idea futbolística, que ha dejado buena impresión en España, los ayude a salir de la sequía de Liguillas y de títulos por la que atraviesa el equipo; además, parece una apuesta arriesgada por su desconocimiento del futbol mexicano, pero la directiva de La Máquina confía en que su capacidad se sobrepondrá.

La apuesta no sólo es para el primer equipo, también su proyecto con Fuerzas Básicas fue parte de lo que convenció a la directiva, por lo que decidieron darle la oportunidad al español.