En un abrir y cerrar de ojos pasaron siete años. Manuel Ramírez se sorprende. El tiempo transcurrió sin notarlo. Muchas pasaron para que la suya fuera una historia de éxito y no otro sueño frustrado.

Sus padres superaron la pobreza en la que vivieron en México, y posteriormente en Estados Unidos, para brindarle a Manny y a sus hermanos una vida mejor.

Manuel Ramírez es el centro de Denver, a donde llegó en 2011, aunque el liniero ofensivo fue elegido en el Draft 2007 por Detroit. Con él inician cada una de las jugadas ofensivas de los Broncos y, por si fuera poco, es uno de los protectores del estelar Peyton Manning.

Su papá, también de nombre Manuel, es originario de Tampico, Tamaulipas, y se dedicaba a recolectar basura y chatarra para venderla. Su madre, Rosalinda, nativa de Matamoros hacía labores domésticas para aportar unos dólares al gasto familiar.

Manny, al igual que su hermana mayor, que lleva el mismo nombre de su madre, Rosalinda, y su hermano menor, Ángel, nacieron en Houston, Texas. La vida para ellos no fue fácil.

“Mis padres trabajaban muy duro para darnos todo, a veces se quedaban sin comer con tal de a que nosotros no nos faltara el alimento. Fueron momentos difíciles. Mi familia era muy pobre y salimos adelante a pesar de todas las complicaciones. De niño nadie me aconsejaba, por eso soy así… buena onda con los jóvenes… les dejo ver que siempre hay esperanza”, comentó Manuel, quien conoció el futbol americano hasta preparatoria, pero el deporte le abrió las puertas a otro estilo de vida.

Gracias a su calidad consiguió una beca de la Universidad Texas Tech. Otras como Kansas State, UTEP y Nebraska también lo querían.

Así, Manny se convirtió en el primer integrante de su familia en asistir a la universidad, una oportunidad que aprovechó. Se convirtió en estrella colegial en su posición y se graduó en Ciencias del Deporte.

“Siempre me he esforzado con la finalidad de sacar a mi familia adelante, quiero que ellos, mis papás y mis hermanos estén contentos y orgullosos de mi carrera”, expresó

“Mi sueño de jugar profesionalmente en la NFL se hizo realidad”, compartió un animado Manny, quien habla perfectamente español por su ascendencia.

Manuel quiere que su vida sirva de inspiración para todos los niños de ascendencia mexicana que viven en EU.

“Nosotros representamos a la gente de México, a todos los chamacos que están en Estados Unidos y que tienen un sueño, niños pobres, con carencias y que quieren superarse. Quiero demostrarles a ellos que sí se puede”, concluyó Manny.