Se escuchan las notas finales de ‘The Last Dance’ de Michel Jordan en la NBA, la serie de Netflix que en 10 capítulos mostró la evolución en las duelas de uno de los basquetbolistas más grandes de todos los tiempos.

En el noveno episodio Jordan relata el sufrimiento para lograr el título de la temporada 96-97, frente a su rival Karl Malone, y quien en dicho año le quitó el título de MVP de la temporada.

La figura de ser humano poco a poco se transformaba para catalogarlo en algo más allá, alejado de los hombres y cercano a los dioses. Fue entonces cuando demostró que la metamorfosis estaba por culminar.

Una pizza que comieron él y otras cinco personas fue el detonante. Michel en una batalla encarnizada con su cuerpo, estaba enfermo del estómago y presentaba temperatura, terminó por elevarse convirtiendo 38 puntos en solo 44 minutos que le dieron un título más al equipo de la década: los Chicago Bulls.

Para el año siguiente Michael Jordan perdió su nombre frente a Miller para convertirse en ‘Dios negro’, ‘Gato negro’ o simplemente Jordan, después de demostrarle a uno de los novatos más destacado de la época lo que significaba su legado.

Ese balón con el que consiguió el título de la 97-98 terminó en manos del que se convirtiera en un padre para Jordan: Gus, quien formaba parte de su equipo de seguridad, pero poco a poco fue transformándose en el hombre que le dio estabilidad al ídolo.