Terry Collins supo que los Marlins de Miami tenían un talento especial cuando el cubano José Fernández lanzó el primer pitcheo en su debut como ligamayorista la tarde del 7 de abril de 2013 en la Gran Manzana.

La mañana del domingo, Collins lamentaba el repentino fallecimiento de la súper estrella de los Marlins, cuya vida fue interrumpida demasiado joven en un accidente de bote.

La Guardia Costanera de los Estados Unidos encontró el bote volcado alrededor de las 3:00 de la madrugada en un muelle de Miami Beach. Dos personas que iban con Fernández también fallecieron. Ninguno de los tres tenía puesto el chaleco salvavidas.

Fernández, de 24 años, estaba programado para lanzar la tarde del domingo ante los Bravos de Atlanta en el Marlins Park, pero el conjunto miamense había postergado la apertura del estelar y la aplazándola para la noche del lunes ante los Mets.

“Hizo su primera apertura aquí en Citi Field y no lo habíamos visto en los entrenamientos primaverales”, afirmó Collins. “Solamente habíamos escuchado de él. Cuando el primer lanzamiento salió de su mano, el primer pensamiento fue ‘caramba, esto es algo especial'”.

El ánimo estuvo sombrío en los camerinos de Citi Field de cara al cierre de la serie de cuatro duelos entre los Filis de Filadelfia y los Mets. Un sinnúmero de jugadores hacían sus rutinas de preparación, pero en un total estado de shock por la pésima noticia que estalló antes de que las Grandes Ligas iniciara la última semana de la temporada regular.

La organización de los Mets se unió a la fraternidad del béisbol y colocó una imagen de Fernández en la pantalla del estadio. Su compatriota Yoenis Céspedes colgó una camiseta de los Mets que llevaba el apellido y el número del as de los Marlins.

El venezolano Odúbel Herrera recordó la recién visita que Fernández y los Marlins habían hecho el fin de semana pasado a Filadelfia. Allí compartieron por varios minutos cerca de una sala reservada para los familiares de los equipos.

Pero el momento que el jardinero jamás olvidará ocurrió en julio cuando ambos fueron miembros del seleccionado de la Liga Nacional en el Juego de Estrellas que fue celebrado en Petco Park de los Padres de San Diego.

“Hubo un momento que se tomó fotos con mis padres y también hablaron con él”, indicó Herrera. “A mi papá siempre le ha gustado el béisbol y le gustaba como él pitchaba”.

Para Wilmer Flores, enfrentar al chico de Santa Clara, Cuba, era un gran reto en sí mismo.

“Siempre que tú dices José Fernández sabes que va a ser un juego cerrado. La energía que él tenía ahí afuera era algo especial que nada más tenía él”, declaró el venezolano de los Mets.

“El slider que él tenía creo que era uno de los mejores que he visto. Cuando el estaba afuera le gustaba competir. Te transmitía eso a ti. Quería competir un poco más y de verdad que los vamos a recordar bastante”.

Según el jugador utility dominicano, Jimmy Paredes, de los Filis, Fernández era ese tipo de pelotero que prendía los motores de sus compañeros por la manera que jugaba y cómo disfrutaba cada momento al máximo.

“Él es como una bujía, era una bujía para su equipo. Esa energía y ese talento que tenía ese muchacho era tremenda”, dijo. “Puedes ver cada juego de él y cómo era, eran unos juegos que eran divertidos. Se divertía en el juego. Batallaba. Peleaba duro. Era un “joseador”. Es algo que se quedará marcado en muchos corazones y en muchas personas”.