Cuando parecía que el Chelsea tenía el triunfo (1-0) en la bolsa, la defensa echó a perder el buen trabajo realizado hasta el minuto 75′, en el partido de ida por los octavos de final de la Champions League ante Barcelona.

En una salida regalaron la pelota, y el cuadro catalán no perdonó al equipo londinense, en la jugada más clara de gol que tuvieron en el partido, y con la cual pudieron salir vivos de Stamford Bridge con un 1-1 para enfrentar el partido de vuelta de los octavos de final en el Camp Nou el próximo martes 14 de marzo.

El equipo dirigido por Antonio Conté, si bien no tuvo la pelota la mayor parte de los 90 minutos, se había lucido apagando el poderío del ataque blaugrana, limitándolos a solo una jugada de peligro que desperdició Paulinho en un cabezazo de frente a la portería de Thibaut Courtois.

Willian, quien ya había estrellado dos disparos el poste en la primera mitad, tuvo su revancha en el tercer intento y al minuto 62 adelantó a los locales con un disparo de derecha potente, raso, que se incrustó pegado al poste izquierdo de la portería de Ter Stegen.

Chelsea cedió el control del balón a la visita y casi después de abrir el marcador se tiró atrás para defender la mínima ventaja.

Y la estrategia no le había salido mal a Conte, hasta que Andreas Christensen en una salida por la derecha, tocó el esférico hacía el centro, a una zona donde no llegó ni Azpilicueta ni Antonio Rüdeger.

El que sí llegó fue Andrés Iniesta, se quitó una barrida, se metió al área y cuando se le acercó otro marcador, mandó un centro hacia atrás para Lionel Messi, quien sin pensarlo le pegó de izquierda para poner el 1-1 al minuto 76.

Los últimos 14 minutos del partido las fórmulas de ambos clubes se mantuvieron, aunque ya sin la misma intensidad, como conformándose con el marcador. Ya no hubo tiempo para más y el duelo más esperado de esta jornada terminó en un empate el cual se definirá en tres semanas en la casa del Barcelona.