Tras su etapa en México en equipo como Necaxa y Monterrey, Marcelo Barovero optó por seguir fuera de Argentina y emprendió la aventura en España, con la Segunda División B, una categoría que le otorga tranquilidad y la oportunidad de seguir experimentando una vida en otro país y otra cultura.

“Me llamó Antonio Caselli. Yo a él lo conocía de los viajes con River, en ese entonces hablábamos pero nada más. También seguí en contacto con Leonardo Pisculichi (integrante del plantel) y me contaba del crecimiento del equipo desde que la familia Caselli llegó a la ciudad. Va todo encaminado y yo tengo la meta de llegar a lo máximo y eso es lo que queremos para acompañar el proyecto”, contó.

Burgos, en donde vive Barovero con su mujer, Soledad, y sus tres hijos (Agustín de 14, Narela de 11 y Lisandro de 7) es una ciudad de 355 mil habitantes, con un estilo medieval en su centro histórico y con un arraigo futbolero importante que empuja al club que representa al lugar.

El cordobés de Porteña dice que en este sitio, después de mucho tiempo, se animó a vivir fuera de un barrio cerrado, dentro de la ciudad, después de 10 años. Y que cada tanto se da el gusto de andar en bicicleta. “Queríamos cambiar la calidad de vida. Quería tener cierta seguridad familiar al hacer un cambio grande. Siempre fuimos los cinco juntos para todos lados y no dudamos en aprovechar esta oportunidad de vivir en Europa”, contó. El apodado Trapito reveló que después de ju

gar en la Liga MX pudo volver a su país de origen. “Tuve sí, pero no era mi prioridad volver al país. Mi idea era seguir afuera. Quería aprovechar este tipo de posibilidades que te da el fútbol de vivir en otro lugar. Y soy más de nuevos desafíos. En Argentina yo viví todo, gracias a Dios. Desde ascensos, ganar campeonatos locales, Libertadores, hasta jugar la final de un Mundial de Clubes. Estoy muy agradecido por todo lo que viví pero ahora quiero probar otras cosas y apareció esta oportunidad”.