La lluvia, el tráfico y algo de improvisación conspiraron contra Uruguay en su primer día en Brasil para la Copa Confederaciones. La “Celeste” llegó en las primeras horas del jueves a Recife, donde debuta el domingo contra España luego de vencer el martes 1-0 a Venezuela en Puerto Ordaz por las eliminatorias mundialistas.

Una vez en suelo brasileño, Uruguay pasó las de Caín para entrenarse en un día de lluvia incesante. El equipo de Oscar Tabárez descartó primero la cancha de un club local por las malas condiciones en las que quedó por la lluvia, y la alternativa, el centro de entrenamiento del equipo Sporte Clube Recife, tampoco fue utilizada por encontrarse a más de una hora de la sede de su concentración.

El campeón de América terminó ejercitándose en un pequeño gimnasio cerca de su hotel, donde se congregó una multitud, en su mayoría jovencitas, para vitorear a los futbolistas a su llegada y salida.

“En un torneo como este, el brillo del torneo depende de cómo se preparen los equipos”, matizó Tabárez en rueda de prensa.

“Que llueva en Recife en junio y julio me parece que no es una novedad. Entonces estamos un poquito sorprendidos porque no creíamos que tuviésemos que enfrentar una situación de buscar canchas para entrenar. Pero no hay, no están a la disposición, y hoy tuvimos que optar por las circunstancias de hacer un trabajo en un gimnasio”.

Tabárez indicó que espera la situación de las canchas de entrenamiento de solucione pronto, “por el bien del campeonato y de los equipos. Simplemente tener un lugar para prepararnos para los partidos que nos han tocado”, señaló.