El Leicester confirmó sus aspiraciones y cerró la decimosexta jornada de la Liga inglesa con una victoria sobre el Chelsea con sabor a venganza, que coloca a los de Claudio Ranieri al liderato y sitúa al equipo de José Mourinho tan sólo un punto por encima de los puestos de descenso.

Ranieri ya tiene su venganza frente al técnico que le sucedió en el banquillo del Chelsea, en 2004, y el que, cuando coincidieron en el futbol italiano, ironizó sobre la edad del entrenador romano y su dificultad para aprender inglés.

El Leicester lo tuvo más claro, porque cuenta con un goleador en estado de gracia como lo es Jamie Vardy, y un genio, el argelino Riyad Mahrez. Entre los dos han marcado ocho goles más que todo el Chelsea.

En el 34′, Mahrez sacó un centro al área que remató de volea Vardy, adelantándose a la dormida zaga del Chelsea. Al comienzo del segundo tiempo, el franco argelino se aprovechó de la pasividad de César Azpilicueta, bajó un balón dentro del área y lo envió lejos del alcance de Courtois.

Con todo perdido, a la desesperada, Mourinho dio entrada a Cesc Fàbregas en lugar de John Terry y aunque el Chelsea recuperó la esperanza con un gol de Löic Remy de cabeza, a pase de Pedro al minuto 78, su agobiante acoso final, con cinco minutos extra en el descuento, no le sirvió más que para mostrar la impotencia de un conjunto que no logra enderezar su rumbo.