Keilor Soto, uno de los mejores defensas en el futbol de Costa Rica y que acaba de fichar con el AD San Carlos, club que lo vio crecer futbolísticamente, tiene una historia digna de superación.

Antes de ser futbolista profesional, Soto ayudaba a su padre en el trabajo en el campo, labor que lo ayudó a progresar en el futbol.

“Mi papá cortaba montañas y talaba árboles. Cuando comencé a crecer ya tenía su finca, se hizo ganadero y me tocó hacer de todo: ordeñar, apartar el ganado, sembrar, recoger tomates, yuca, tiquizque y todo eso. Creo que fue una bonita experiencia porque me hizo valorar el trabajo”, reveló Soto a ESPN.

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Literalmente el fruto de su trabajo se reflejó cuando el zaguero firmó por el Saprissa, equipo del que es aficionada prácticamente toda su familia.

“La etapa que más disfruté fue en Saprissa, pese a que fue corta. Por razones de querer cumplir mi sueño de ser legionario tuve que dejar el club. Creo que fue la mejor etapa para mí y mi familia porque la mayoría de ellos son saprissistas. Papi soñaba con eso y tras de eso quedé campeón. Fue una gran experiencia, pero todas han sido importantes”, reveló el zaguero.

A sus 35 años, Soto contabiliza más de 525 partidos en Primera División y ha pasado a la historia gracias a su habilidad para concretar anotaciones, registrando más de 85 goles, a pesar de su posición.