Cuando el receptor abierto de los Baltimore Ravens, Breshad Perriman, cayó sobre la mano de Josh Norman mientras caían al suelo el domingo, el esquinero de los Washington Redskins sintió dolor instantáneo.

“Fue como mil piquetes de abeja, todo al mismo tiempo”, dijo Norman.

Eso es lo que espera evitar frente a los Philadelphia Eagles el domingo al portar una férula protectora sobre la mano derecha. Pero la férula dificultará que juegue del modo que desea. Norman practicó con la férula este jueves, y durante la porción de la práctica abierta a los medios, claramente intentó limitar el uso de esa mano.

No obstante, Norman dejó en claro que jugaría el domingo, incluso si eso significa que deba ser inyectado para limitar el dolor. Norman inicialmente se lastimó la muñeca en el debut de temporada, pero se agravó durante el partido ante los Ravens y le han dicho que está “fuertemente lastimado”.

“No pensé que la lesión fuera tan grave… la uso tanto”, señaló Norman. “Noventa y cinco por ciento de lo que hago son peleas de manos. Así que si tienes una mano inhabilitada, es muy difícil. ¿Jugar con una mano y otra mano al 80 por ciento? Vaya”.

A Norman le gusta ser físico con sus receptores, especialmente en la línea de golpeo. Como juega por el lado izquierdo, a menudo utiliza la mano derecha para frenar al receptor. Esta lesión podría impactar esa habilidad.

“Es mi juego”, dijo Norman. “Es algo que será interesante ver esta semana cómo nos afecta. Pero es mi juego y sacar el balón de ahí siempre que pueda. Me gusta ir a mi derecha; es mi mano fuerte, dominante. Así que creo que debo ser ambidiestro e ir a la izquierda y ver si puedo hacer jugadas allí. Es lo que amo hacer, hombre, ir por el balón. Es mi modus operandi.

“Tengo que depender mucho de mi habilidad atlética. Donde sea que pueda robar una pulgada aquí o allá con mis manos, voy a intentar. No voy a mentir y diré que es sencillo, porque no lo es”.

Norman, el esquinero mejor pagado de la NFL con 15 millones de dólares anuales, ha disfrutado un comienzo fuerte con Washington. Ha conseguido una intercepción. Complementada por un juego sólido en general. Norman dijo que no desea tomarse una semana libre para dar a su mano tiempo para sanar. Si requiere una inyección para jugar, entonces, de acuerdo a Norman, es lo que hará, y lo ha hecho en el pasado.
“Simplemente debemos pelear y ser duros”, dijo el defensivo. “Adormecer el dolor saliendo allá y peleando con mis compañeros, sin importar si debo salir con sólo una mano y sacar el ovoide, es lo que tendré que hacer. Así es como es… simplemente tratar de ganar, por cualquier modo. Si puedo hacer eso y tener mi concentración, no preocuparme por el dolor, entonces estaré bien. Eso me sacará adelante. No vivo mi vida siendo lento con las cosas. Voy a toda velocidad, de frente y veo qué clase de colisiones puedo hacer”.

Mientras tanto, el ala cerrada de los Redskins, Jordan Reed, fue oficialmente diagnosticado con una conmoción, al menos la quinta diagnosticada de su carrera. Sin embargo, Reed ha admitido que pudo haber más. Sufrió la lesión durante el triunfo de los Redskins del domingo pero no se quejó de ninguno de los síntomas hasta que su equipo regresó para una simulación el martes.

“Recibió un par de golpes [en el juego], pero nada que fuera alarmante por lo que respecta a nosotros”, señaló el entrenador en jefe Jay Gruden.

Reed permanece en el protocolo de conmociones, y Gruden dijo que todavía existe una posibilidad de que el ala cerrada juegue el domingo. Reed verá a un médico independiente nuevamente, el viernes.