Francia le plantó cara también a la vigente subcampeona de Europa, Italia, a la que la selección visitante venció (1-2) en amistoso muy disputado que hizo las veces de laboratorio de pruebas al más alto nivel de cara al próximo Mundial de Brasil.

Si el pasado 16 de octubre era España, campeona de Europa y del Mundo, la que cedía en partido oficial un empate ante Francia (1-1), hoy le tocó el turno, y también en casa, a la finalista del pasado europeo, que se vio obligada a jugar de igual a igual a una selección francesa en progresión, que al final terminó imponiéndose.

El combinado del seleccionador francés Didier Deschamps, empatado a 7 puntos con España a la cabeza de su grupo de clasificación para el Mundial de Brasil, supo interpretar el partido y remontar con sendos goles de Mathieu Valbuena y Bafétimbi Gomis el tanto con el que Stephan El Shaarawy había adelantado al equipo anfitrión.

La Italia del seleccionador Cesare Prandelli encaró el partido con ímpetu, deseosa de llegar a la puerta rival en cuestión de pocos pases y mucha verticalidad, lo que le hizo llevar la iniciativa del juego en los primeros veinte minutos, para que después Francia fuera, poco a poco, equilibrando el juego por la banda izquierda.

Fue esa verticalidad italiana la que propició en el minuto 35 el tanto de El Shaarawy, quien consiguió batir a Hugo Lloris después de que el balón hubiera pasado solo por los pies, y apenas al primer toque, de sus compañeros Andrea Barzagli, Mario Balotelli y Riccardo Montolivo.

Pero solo dos minutos duró la alegría en el Estadio Ennio Tardini de Parma, pues entonces Valbuena, el francés que mayor peligró llevó en la primera parte, consiguió enfilar un derechazo desde el flanco izquierdo del área pequeña que terminó entrando por la escuadra derecha de la portería de Salvatore Sirigu, sustituto hoy del veterano Gianluigi Buffon.

La segunda mitad del encuentro, arbitrado por el español Alberto Undiano Mallenco, comenzó con una batería de cambios en el combinado italiano en el centro del campo, al que se incorporaron, entre otros, el veterano Andrea Pirlo y el debutante Alessandro Florenzi, una de las pruebas que Prandelli quería hacer de cara al Mundial.

Las hasta cuatro sustituciones que hizo Prandelli por una de Deschamps en los primeros minutos de la segunda parte parecieron abrir el encuentro con un mayor dinamismo en el juego de ambas selecciones, que ponen fin este miércoles a sus compromisos del 2012.

Fue ante el empuje de Italia, que llegaba de ganar en octubre por 3-1 a Dinamarca, que Deschamps decidió acometer dos importantes cambios en su delantera: Jérémy Ménez salió en lugar de Olivier Giroud, autor del gol del empate contra España, y Gomis por un Franck Ribéry muy intermitente durante el partido.

Gomis sería precisamente el encargado de dar el tanto de la victoria a Francia pocos instantes después de entrar en el campo, a pase de Patrice Evra y tras una gran acción de Ménez, lo que demostró muy acertados los cambios del seleccionador francés.

Desde ese minuto 67 y hasta el final del encuentro, el juego terminó por abrirse definitivamente con una Italia que intentaba enmendar el resultado, y que estuvo cerca con un travesaño de Emmanuele Giaccherini, y una Francia que hacía temblar a la defensa rival.