La Cancha Central de Wimbledon se vino abajo para despedir a Roger Federer y Juan Martín del Potro.

Después de cuatro horas y 26 minutos de esfuerzo y un tercer set inolvidable, el suizo remontó un partido que tenía cuesta arriba y se impuso a Del Potro por 3-6, 7-6 (5), 19-17 en un partido de tintes épicos.

Sólo el tercer parcial duró dos horas y 43 minutos. Fue el encuentro más largo al mejor de tres sets de la era de los abiertos, confirmó la Federación Internacional de Tenis.

“No es una situación fácil”, dijo Del Potro, con los ojos llorosos, sobre la derrota. “Estos partidos siempre le toca ganar a alguien, y hoy (viernes) le tocó a él”.

En su primera participación en unos Juegos Olímpicos, Del Potro luchará por el bronce contra el perdedor de la otra semifinal, que disputan el local Andy Murray y el serbio Novak Djokovic.

Para Federer será su primera final olímpica en cuatro juegos. El suizo nunca había podido ganar una medalla en singles y en Londres aseguró, al menos, la de plata.

Fue un partido con muchos errores —41 no forzados por parte de Federer y 34 Del Potro— y mucho dominio de los servicios. Federer apenas quebró dos saques de 13 oportunidades.

La primera fase del juego estuvo claramente dominada por el argentino, que castigó sin piedad el revés de un Federer más errático de lo habitual.

Después de anotarse el parcial por 6-3, Del Potro no bajó el ritmo en la segunda manga.

El argentino parecía tener el control del juego y aunque tuvo oportunidades, no pudo quebrar a su rival y el set se marchó al tiebreak.

En el tercer punto, Del Potro cometió un error que pareció desconcentrarle. Un revés cortado de Federer llegó manso al fondo de la pista y el argentino se quedó mirando la pelota como esperando que cantaran fuera.

Cuando quiso golpearla ya era tarde y su derecha murió en la red. El ojo de halcón demostró que la pelota había tocado la línea.

La desventaja acumulada fue insalvable y Federer llevó el partido al tercer set con un ace. Del Potro se sentó en el banco con gesto torcido, lamentándose de la oportunidad perdida.

El tercer set fue una auténtica locura, a la que ningún jugador parecía poner fin.

Federer pudo hacerlo después de quebrar en el 19no game. Pero cuando sacaba para ganar el partido, Del Potro recuperó la rotura ganando el game en blanco.

El duelo se mantuvo vivo en la cancha, mientras crecía la expectación del público. Finalmente, Federer volvió a quebrar en el 25to game y pudo conservar el servicio para llevarse el partido.

Apoyado en la red, Federer se fundió en un abrazo con Del Potro, despedido de Wimbledon con el público puesto en pie y aplaudiendo.