Acabadas las vacaciones y con el regreso final de los cracks, el FC Barcelona comenzó el año con la mirada puesta en un mes de enero que Luis Enrique considera definitorio aunque no sea, aún, decisivo.

Condenado a estar pendiente de los resultados del Real Madrid en la Liga, el campeón entrará en juego el jueves, en San Mamés y con la ida de los octavos de final de una Copa que pretende conquistar por tercer año consecutivo.

“Nadie ha ganado la Copa tres veces consecutivas desde 1953”, se recuerda en el Camp Nou, haciendo memoria de que fue, precisamente el Barcelona el último en conseguir dicha proeza. Con el reto de eliminar al Athletic y esperar una nueva ronda a disputarse también en enero, sumar de tres en tres en la Liga se entiende indispensable.

Villarreal, Eibar y Betis lejos del Camp Nou y solamente Las Palmas en el estadio azulgrana serán las cuatro jornadas a disputar durante este mes de enero, en un calendario con el submarino amarillo, que solo ha ganado tres de sus últimos seis partidos disputados en casa, como principal escollo.

Esperando a que a finales de febrero el Real Madrid se ponga al día con la disputa del partido aplazado en Mestalla frente al Valencia, la visita liguera merengue a Sevilla se contempla como el mayor reto en este mes y marcado desde el bando azulgrana como mejor posibilidad de restar desventaja en la persecución iniciada.

Seis partidos seguros y dos pendientes de la eliminatoria copera frente al Athletic marcan este mes de enero para un Barcelona que, con la única baja por lesión de Cillessen, ya trabaja con el grupo al completo, bajo el liderazgo de Messi y a las órdenes de Luis Enrique, dispuesto a igualar o mejorar sus números del pasado.

La última temporada ganó ocho partidos y empató uno durante el primer mes del año, disparándose hacía la conquista del doblete; mientras que en la primera campaña del entrenador asturiano, la 2014-15, el año comenzó con la crisis de Anoeta para a partir de ahí ganar los siguientes siete partidos jugados en enero