En un duelo de poder a poder, los Gigantes de Nueva York se impusieron por 27-30 a los 49ers de San Francisco, equipo que luchó hasta el úlltimo suspiro, pero no pudo arrebatar el triunfo a un anfitrión que nunca se amedrentó.

Con gallardía, Eli Manning guió una y otra vez la ofensiva del conjunto de la Gran Manzana; a pesar de estar en desventaja por distintos lapsos al interior del MetLife Stadium, el local hizo vibrar su casa hasta el último momento, todo a causa de un final trepidante.

En el primer cuarto, un par de goles de campo mantuvieron una igualada a tres puntos, y fue hasta el segundo capítulo cuando el espectáculo dio inicio; el quarterback de los Gigantes logró el 3-10 con pase a Vereen y luego se aumentó la ventaja con una patada de 41 yardas; para el descanso, el juego ya se encontraba 6-13.

Fue en el tercer episodio cuando el visitante despertó para un momentaneo empate a 13 puntos. Luego Odell Beckham aportaría su cuota de rigor y el anfitrión se adelantaría por 20-13; con esa cifra arrancaría el último cuarto. Guiados por Kaepernick, los 49ers dieron forma a una remontada que los pondría 27-23 con poco más de un minuto por disputar.

Cuando parecía que el partido se había escapado para los neoyorquinos, Manning volvió a aparecer y logró un pase de anotación con menos de medio minuto por disputar; el partido se puso 27-30 y el reloj ya no avanzó más, sentenciando así otra victoria en favor de los Gigantes.