El Barcelona se ha tomado la derrota en Getafe como si nada. Como si no se hubiera producido. Ni nervios, ni dudas. No hay fisuras en la confianza de un equipo que ha hecho historia. El peor arranque de la era Guardiola se digiere como un tropiezo, una mala digestión, un accidente.

Para los temerosos en el equipo se recita como si fuera un mantra que el Barça no ha dado motivos para la duda en las últimas temporadas. A los miedosos se les recuerda que desde que Guardiola se hizo cargo del equipo, los enfrentamientos contra el Madrid en Liga se cuentan por victorias y goleadas.

“La afición tiene que seguir confiando en nosotros. Tenemos tiempo y muchos partidos por delante. Quedan los dos partidos contra el Real Madrid y puedo asegurar que iremos al Bernabéu como siempre. No tenemos otra manera. Saldremos a jugar como siempre”, afirmó Gerard Piqué. Pese a la confianza, el central también admitió lo evidente: “La clasificación demuestra que el Madrid ahora lo está haciendo mejor que nosotros”.

David Villa fue más tajante que su compañero al respecto en declaraciones a la televisión del club: “Esto no se ha acabado, dentro de poco tenemos un partido con ellos y podemos ganarles tranquilamente y en eso tenemos que pensar. Ha sido una pena por lo lejos que nos ponemos ahora del líder”.

“Aún queda muchísimo”
Víctor Valdés tampoco tiene dudas sobre cuál será el rendimiento del equipo en las próximas jornadas: “Es una distancia considerable, es cierto, pero estamos sólo en el mes de noviembre. Aún queda muchísimo por delante y estoy convencido de que nos levantaremos”.

Tras la derrota y el viaje a Barcelona, la expedición azulgrana aterrizó de madrugada. Guardiola mantuvo el entrenamiento en Sant Joan Despí. A puerta cerrada, como siempre, pero el técnico vuelve a recurrir a un viejo truco que hasta ahora le ha dado resultado: el descanso.

Como ha hecho en otras ocasiones, el técnico prefiere no atosigar a sus jugadores y ha decidido que el entrenamiento de hoy sea a las seis de la tarde y no por la mañana. La familia, los hijos, las novias. Volver a coger aire. Nada de nervios. Calma. Esa es la receta azulgrana.