Rob Gronkowski corrió por el campo, eludió a dos defensores y atrapó el balón para dejar servido en bandeja el touchdown de la ventaja definitiva para Nueva Inglaterra.

Si esta fue la actuación de despedida del tight end de los Patriots, resultó ser una con estilo.

Gronkowski, de 29 años, es tres veces campeón del Super Bowl y ha sido uno de los jugadores más dominantes de su posición.

Pero su tiempo se acaba, y el momento exacto de eso ha sido una incógnita durante toda la temporada. Dolencias en la espalda, rodilla, tobillo y brazo lo han mantenido fuera del campo. Y, cuando jugó esta campaña, se vio como un fantasma de su versión All-Pro.

Se pudo ver a Gronkowski salir cojeando del Mercedes-Benz Stadium luego del partido por una lesión en el cuádriceps producto de un golpe en el tercer cuarto.

El tight end capea la cuestión del retiro cada vez que surge, pero su salario base de la próxima temporada es de 9 millones de dólares, una cantidad considerable para un jugador maduro cuya salud siempre será una preocupación.

Incluso si quiere seguir jugando, los Patriots bien podrían decirle adiós en los próximos meses.

Y si ese es el caso, Gronkowski y los Patriots habrán terminado como ganadores. Como lo han hecho tantas veces.