Los tres fichajes más caros de este invierno en el mercado futbolístico mundial se han producido en China, un país donde sus clubes tienen cada vez mayor poder adquisitivo y que ya se atreven a llevarse a grandes figuras de las Ligas europeas.

Este miércoles, el balompié chino completó el fichaje más caro de su historia, el del centrocampista brasileño Ramires, que por 28 millones de euros dejó a un Chelsea en muchos apuros para jugar en el Jiangsu Suning entrenado por Dan Petrescu.

No menos sorprendente ha sido el tercer mayor fichaje de este invierno en China y en el mundo, el del marfileño Gervinho, quien deja la Roma a mitad de temporada para irse a un equipo recién ascendido en la Liga oriental, el Hebei Fortune.

China tradicionalmente mira a los equipos brasileños, pero este invierno también se fijó en Europa, anunciando además que el Shanghai Shenhua se llevaba del Inter al colombiano Fredy Guarín por 13 millones de euros.

Incluso los jugadores chinos se están cotizando como nunca en una liga que tradicionalmente se alimenta de grandes estrellas extranjeras y donde los locales suelen observarse como meras comparsas.

De hecho, el portero Zhang Lu acaba de convertirse en el fichaje chino más caro de la historia nacional, al ser traspasado por 9.85 millones de euros a un equipo de la segunda división, el Tianjin Quanjian.

Más dinero en los presupuestos de los clubes chinos no serviría de nada si los mejores jugadores de Europa y América vieran la liga china con desdén, pero lo cierto es que cada vez muestran mayor interés en jugar en un país donde ya se pagan grandes sueldos.

El ghanés Asamoah Gyan, por ejemplo, cobra en el Shanghai SIPG de Sven-Goran Eriksson unos 320 mil euros semanales, un salario que sólo figuras como Messi o Cristiano Ronaldo pueden igualar.

“Los salarios en China son más altos y nos pagan a tiempo. Tengo 30 años y he de pensar en el futuro”, confesó a la prensa de su país el internacional brasileño Diego Tardelli al explicar su decisión de continuar jugando en el Shandong Luneng.

Aún no se ha llegado al techo en el mercado de fichajes chino, y los mejores equipos de Europa deben comenzar a inquietarse: ya no es imposible que sus grandes figuras prefieran la liga oriental a la Premier League o la Serie A.