Luiz Felipe Scolari abandonó abruptamente la conferencia de prensa tras el decepcionante empate de la selección brasileña por 2-2 como local ante Chile, luego de que le preguntaran si pensaría en renunciar si a Brasil le va mal en la Copa Confederaciones.

“No hay respuesta. ¡Esto es una broma!”, afirmó el técnico visiblemente molesto y se fue.

Luego de sólo cinco partidos después de que volvió como entrenador del seleccionado, Scolari ya enfrenta presión.

Hace cuatro meses, los aficionados elogiaron el regreso del técnico que condujo a Brasil al título del Mundial de 2002. Pero el miércoles más de 50.000 espectadores abuchearon sonoramente a su equipo tras el empate con Chile, decepcionados por otro pobre desempeño del conjunto brasileño cuando faltan menos de dos meses para la Confederaciones.

Y aunque Scolari rechazó enfáticamente la idea de renunciar antes de la Copa del Mundo del año próximo, sí dijo que su selección se merece los abucheos y sabe que depende de él que mejore para ganarse el respaldo de los aficionados antes de que Brasil sea anfitrión de la Confederaciones en junio.

“Es usual que los aficionados reaccionen así cuando el equipo no juega bien”, reconoció. “Si hubiéramos jugado mejor ellos reaccionarían mejor”.

El empate en el amistoso frente a Chile mantuvo a Scolari con sólo una victoria desde su regreso, pero fue ante la débil Bolivia.

El entrenador dijo que aún intenta imponer su estilo de juego y que es de esperar que la selección pase apuros en estos momentos. La única forma de recuperar el respaldo del público es volver a jugar bien, agregó.

“Los aficionados no están sincronizados con la selección nacional porque nosotros aún no estamos sincronizados”, señaló Scolari. “Cuando tengamos listo al equipo, cuando tengamos más tiempo para entrenar y preparemos a la selección antes de la Copa Confederaciones, entonces podremos darle a los aficionados más razones para que empiecen a confiar de nuevo en nosotros”.

En el duelo del miércoles, el entrenador sólo metió a la cancha a jugadores que militan en clubes brasileños, entre ellos Ronaldinho, Neymar y Alexandre Pato.

Chile abrió el marcador con un gol de Marcos González a los siete minutos. Luego el zaguero Rever igualó las acciones a los 25 y Neymar puso a Brasil arriba a los 54, pero Eduardo Vargas descontó a los 65.

Los aficionados abuchearon constantemente a los brasileños al final y gritaban “¡ole!” cada vez que Chile tenía el balón.

“Tenemos aficionados muy duros aquí en Brasil”, afirmó Ronaldinho. “Están acostumbrados a ver al equipo ganar, así que es normal que reaccionen así”.

Los críticos expresaron su temor de que el nuevo técnico traiga de nuevo un estilo enfocado en la defensa, contrario a la tradición brasileña del “jogo bonito”.

Desde que Scolari reemplazó a Mano Menezes en diciembre, Brasil cayó 2-1 frente a Inglaterra, empató 2-2 con Italia, igualó 1-1 con Rusia y goleó 4-0 a Bolivia.

El choque del miércoles fue el último de Brasil antes de que Scolari anuncie su equipo para la Confederaciones. Los brasileños aún jugarán amistosos ante Inglaterra y Francia antes de que enfrenten a Japón el 15 de julio en ese torneo