Lionel Messi volvió a brillar este martes al anotar dos goles de penal en el triunfo del Barcelona 3-1 sobre el Milan que certificó el pase del club español a las semifinales de la Liga de Campeones por quinto año consecutivo, un nuevo récord de la competencia.

Messi marcó sus dos tantos en la primera mitad y facilitó el tercero de Andrés Iniesta para que el Barsa, vigente campeón continental, consiguiera la victoria que necesitaba tras el 0-0 del partido de ida de los cuartos de final en Milán.

Antonio Nocerino anoto el único gol del cuadro italiano, ganador de siete Copas de Europa, pero que suma cinco ediciones sin alcanzar la penúltima ronda de la Champions.

El Camp Nou se vistió de gala para la vuelta de cuartos y su ídolo no decepcionó con otra actuación para la historia: sumó su 51er gol en la Champions y 14to de la actual edición, igualando al holandés Ruud Van Nistelrooy y el brasileño Mazzola (en la antigua Copa de Europa) como máximo goleador continental en una temporada. El argentino también se acercó, con su 58vo tanto del curso en todas las competiciones, a las 67 dianas del alemán Gerd Mueller.

El Milan planteó el partido con el objetivo primordial de frenar a Messi y cerrarle los espacios al Barsa, pero en los seis primeros minutos ya sufrió dos acometidas de la ‘Pulga’, con un disparo a manos de Christian Abbiati y otro a la derecha del arco italiano. Y a los 11, el plantel rossonero cometió un pecado mortal de necesidad: Massimo Ambrosini perdió un balón en el mediocampo ante el acoso de Messi, que cedió en el área a Xavi Hernández y recuperó la pelota cuando el catalán no resolvió. Derribado por Luca Antonini, el argentino transformó el penal con seguridad, pese a que Abbiati le adivinó la intención.

El Barça intentó madurar la ventaja, abriendo el campo, combinando en largas posesiones e invitando al Milan a salir de la cueva. Pero el cuadro lombardo aguardó pacientemente su oportunidad y la encontró a los 32, cuando Robinho quebró el marcaje del argentino Javier Mascherano y conectó con Zlatan Ibrahimovic, asistente en la llegada por derecha de Nocerino, que cruzó raso ante Víctor Valdés.

El técnico Pep Guardiola advirtió en la previa que el Milan marcaría al menos un gol, y el Barsa siguió fiel al guión hasta forzar un tiro de esquina que resultó en el segundo penal señalado al Milan por agarrón de Alessandro Nesta a Sergio Busquets. Nunca en la historia de la Liga de Campeones le habían señalado dos penas máximas al conjunto italiano, y Messi aprovechó para poner en ventaja al Barsa a los 41, está vez engañando al arquero.

El segundo asalto inició febril, con el Milan agarrado a la pechera de Ibrahimovic en busca del gol que le faltaba. Pero tras un tiro libre de Xavi que rozó la cruceta, Messi volvió a inclinar la balanza cuando encaró la zaga milanesa y soltó un zapatazo que tocó en Philippe Mexes y le cayó franco a Iniesta (53), que definió con el interior del pie ante la salida de Abbiati.

Con los visitantes apurados, el Barça aceptó el cuerpo a cuerpo pero, con Ibrahimovic nuevamente neutralizado en su regreso al Camp Nou, Robinho no encontraba socios en el ataque milanista.

Messi, en cambio, conectaba con todos, aunque Thiago Alcántara mandara fuera su inmejorable asistencia, y el Camp Nou coreó su nombre una noche más, esperando al ganador del cruce entre el Benfica y el Chelsea.