Un Barcelona a medio gas y sin tener que meter el acelerador a fondo doblegó 2-0 a Valencia con anotaciones de Philippe Coutinho y Iván Rakitic, para meterse a la final de la Copa del Rey, donde se enfrentarán al Sevilla del mexicano Miguel Layún.

Si bien el marcador aparenta que los naranjeros pusieron resistencia durante el partido, la verdad es que los blaugranas ni siquiera fueron una aplanadora como suelen serlo en la Liga o en la Champions. El Valencia quedó a deber.

Barcelona se dedicó a esperar al rival, el equipo de Valverde entendió que la necesidad era de los de Mestalla porque en la ida los catalanes consiguieron la ventaja por 1-0 y solo se plantaron bien en sus sector defensivo para secar en todo momento cualquier intento de peligro creado por los valencianos.

En la segunda parte los blaugranas apretaron un poco las tuercas y eso fue suficiente para que se abriera el marcador con la anotación de Coutinho, misma que silenció el Mestalla, pues ahora su equipo requería de un auténtico milagro para poder pensar en una remontada.

El golpe anímico para el Valencia fue tan grande que nunca supieron cómo acercarse por lo menos al arco del holandés Cillessen, quien respondió de manera extraordinaria a la única jugada de peligro en su área ante un remate de Gaya dentro del área chica.

Los errores en la defensa de los Murciélagos no se hicieron esperar y en los últimos minutos Suárez recuperó el balón en tres cuartos de cancha, se lo dio a Rakitic y este le puso el último clavo al ataúd del Valencia.