¡Algún espíritu anduvo suelto en la Bombonera! Porque de otra forma no nos explicamos cómo es que River Plate no ganó el Superclásico en el último minuto, ya que un “espíritu” se puso la camiseta de Boca Juniors para los que parecía gol inevitable con el balón a unos 30 centímetros de la portería.

Era el minuto 89 con el juego igualado 1-1 tras los goles de Sebastián Villa y Agustín Palavecino. El Millonario atacó por banda derecha con el recién ingresado Federico Girotti, cuyo centro encontró la cabeza de Carlos Izquierdoz y un ligero desvió en la mano de Esteban Andrada.

La última jugada del Boca vs. River

Lo que siguió tendría que explicárnoslo un físico o un curandero porque desafió todas las leyes de la física. El balón iba camino de la portería sin que nadie lo detuviera, sin viento o algún factor externo que desviara su curso, pero increíblemente la redonda dio un salto caprichoso que -a menos de medio metro de la línea- le cambió la dirección.

Para hacerlo aún más dramático, a segundo poste llegó Bruno Zuculini para intentar rematar la -nunca antes mejor definida como- caprichosa, pero entre el poste y un atajadón de Andrada, no cayó el gol que habría sido del triunfo para River en cancha de Boca.

Boca 1-1 River; así lo vivimos

El Superclásico de Argentina tuvo de todos; además de un gol por bando y la jugada “paranormal”, hubo un expulsado de cada club como suele ser la “regla” en esta clase de partidos.

Primero se fue a las regaderas Carlos Zambrano, de los Xeneizes, al 69′ y diez minutos después le tocó a Milton Casco.