Por: Daniel Guerrero Alemán
(Parte 1)
Ciudad Victoria.- Una de las máximas en el futbol es que “un equipo son más que once jugadores”, en este texto, trato de llevar al aficionado, las características técnicas y tácticas de dos jugadores por equipo que sobresalen al momento de estar en la cancha. La realidad es que siempre es difícil elegir solamente a dos, ya que en el futbol, hay otros factores al momento de seleccionar a un “futbolista destacado”, y estos pueden ser el liderazgo en el vestidor y dentro de la cancha, el tacto con la prensa, el carisma para con la afición y lo mediático de su nombre y trayectoria en el futbol.
En esta semana de clásico, llevaré para ustedes especificaciones individuales y colectivas que ayuden en la comprensión del juego y puedan llegar con ideas claras al partido del fin de semana en el Estadio Tamaulipas.
Ricardo Bocanegra, Mediocampista interior de condiciones ofensivas
Los delanteros para anotar, los defensas para resolver los ataques del rival en la medida de lo posible, y el arquero para atajar… Hasta aquí, todo bien. Pero ¿y los mediocampistas?
La función de Ricardo Bocanegra le ha aportado mucho a Correcaminos desde su llegada a Ciudad Victoria, aún y que en estos 49 días de competencia, pocos han sido titulares indiscutibles. Las acciones ofensivas (a priori sobre las defensivas) que le aporta al modelo de juego, logran claridad y vértigo para la escuadra azul naranja en ataque.
En fase de posesión, Correcaminos cuenta con asociaciones entre Bocanegra y el carrilero izquierdo, más un delantero; Esas “paredes” terminan poniendo en ventaja a los carrileros que estarían enviando un centro al delantero, o bien, una triangulación con el “nueve” (entiéndase también como delantero) en una pelota filtrada lista para disparar a portería rival. En concreto, Ricardo es un distribuidor de último pase, en una zona habitualmente muy congestionada, y con mayor razón si el ataque fue poco dinámico y le permite organizarse y compactarse muy bien al rival.
En comparativa a otros volantes ofensivos de la división, a Bocanegra el desarrollo del juego no le potencializa la virtud del disparo de media distancia constante, ya que al jugar con dos delanteros, es previsible que al menos dos rivales estarán frontalmente muy cerca de él y le es difícil encontrar el ángulo de disparo. Claro, siempre habrá una la excepción que rompe la regla y podrá disparar al arco desde afuera del área grande.
A Ricardo Bocanegra le favorecen los partidos abiertos, dinámicos de ida y vuelta o rivales que cedan espacios para aparecer entre la línea defensiva y la de los mediocampistas y poder jugar con comodidad. Si dividimos la cancha en dos lateralidades, Bocanegra aparece por izquierda, como un volante interior en un sistema de 3 mediocampistas.


Diego Olsina, Mediocampista interior de condiciones ofensivas
Desde mis inicios me han llamado mucho la atención los equipos que juegan con un solo medio de contención y dos volantes mixtos – interiores, ya que les permiten esa libertad creativa que hoy en día es más difícil de encontrar, derivado de equipos que optan por destruir y jugar largo, en lugar de adueñarse de la posesión y construir.
Diego, como volante mixto y en acciones similares a las de Bocanegra (Olsina por derecha, Ricardo por izquierda), busca ser opción de gol en la misma jugada, además de su cumplir con la función distribuidora en ¾ de cancha. Se encarga de canalizar los pases en jugadas rápidas, y si hubo cambio de orientación a la otra banda, va en carrera hacia el segundo poste esperando un centro pasado para rematar, se incorpora como un tercer delantero, a diferencia de Ricardo Bocanegra que va a la media luna del área grande, para ganar los rechaces defensivos del rival.
Tiene claridad en sus pies, y una precisión que le permite fallar pocos pases. Esto es lo que siempre será bienvenido de la experiencia futbolística que se alcanza al paso de los años, que es el haber vivido una amplia variedad y tipología de jugadas en ataque, aprendidas durante partidos oficiales, entrenamientos y amistosos contra sparrings. Esto le permite a Diego (y a cualquier jugador experimentado), identificar que acción inmediata es la mejor y por ende ser eficaz en ese momento.
Olsina también ha alineado como delantero, pero a mi parecer, Correcaminos necesita a Diego con la pelota en sus pies para enganchar la línea defensiva con el ataque, sobre todo en corto tiempo, para no permitir una reorganización defensiva del rival. En pocas palabras, el número que Diego Olsina porta en su jersey, dictamina lo que sabe y le es pedido que haga en la cancha… Utiliza el 10, ustedes me dirán.


En el próximo artículo, hablaré de Daniel Emanuel Ludueña y Diego Esqueda, como los dos principales elementos a seguir del Tampico Madero.