Cuando todo parece indicar que puede ser el momento, cuando más cerca estas de la gloria, cuando crees que no puedes quebrar un corazón más y que la ilusión está encendida,  lo vuelves hacer Correcaminos.

La historia de nunca acabar escribió una página más en ese libro por demás triste, cuando  el mejor escenario se le presentaba a los de la Fuerza Naranja en la Semifinal, volvió a caer en “viejos” vicios, fue increíble la manera en cómo se echa a perder un partido de futbol, en como 90 minutos se convierten en la terapia de shock del aficionado.

Los he visto en esa transición, saben cuándo está pasando, no lo pueden evitar, quieren hacerla de técnico, su cara se llena de frustración y denotan una tristeza, como si una parte dentro de ellos muriera, su recurso al final se convierte en odio, que se alimenta de los detractores del equipo que les cuentan la misma historia, “esto siempre es lo mismo”.

Hay cansancio y hartazgo en Correcaminos, no saben qué hacer, mientras su Presidente ni siquiera asiste al juego más importante de la temporada, total, él no cobra un peso por estar donde está, no depende de él su continuidad, no parece importarle lo que pase.

Francisco Filizola tiene su trabajo seguro, ser de la “realeza” victorense se lo garantiza o al menos así lo presume cuando se le cuestiona si por vergüenza renunciaría, siempre es la misma cantaleta con él, no renuncia porque no depende de él, aunque se diga enfermo y con tres operaciones de by pass que ponen en riesgo su integridad física. Sus amigos lo protegen con números, pero los verdaderos números $$$$$ siempre los esconde, sus presupuestos han sido para tener equipos de “galácticos” y siempre han terminado por ser el del “ya merito”, el campeonato ganado lo hizo su antecesor con un presupuesto 300 por ciento menor al que tiene y eso solo los “fríos” lo saben.

Decir que urgen cambios sería lo más apropiado, que habrá recortes eso ya se sabe, pero el problema de raíz sigue ahí, diciendo que no gana un peso por estar en el lugar más importante del Club, si esa es la cabeza como estará el cuerpo que la sostiene.

¿Qué sigue ahora?, ¿Cómo van a regresar la gente al estadio?, ¿Les interesa?, ¿Realmente se pondrán a trabajar en el equipo? O solo seguirán haciendo como que trabajan y percibiendo un sueldo, evadiendo respuestas simples.

Por lo pronto cerrarán filas este día, y muchos habrán agradecido las vacaciones pagadas que tuvieron en Correcaminos, otros ya tienen opciones en otros equipos, otros ya deben retirarse y unos deben alejarse de la UAT.

Por lo pronto esperemos que los que verdaderamente deciden en Correcaminos, tomen una decisión justa para el aficionado, que pongan a gente que quiera trabajar en este proyecto y que conozca una “pizca” de futbol, y por favor pónganle un sueldo para que mínimo tenga la decencia  de tener un poco de vergüenza a la hora de cobrar lo que gana.

Este equipo no es naranja, es gris… y 20 años en la Segunda División disfrazada de Ascenso lo demuestra.

Que tengan un excelente inicio de semana.