Un argentino naturalizado mexicano que militó en las filas de Cruz Azul, América, y formó parte de la selección mexicana de futbol es sin duda un punto a seguir en el Ascenso Mx.

Y sí, pareciera que Correcaminos por un momento volvió a ser aquel equipo que contrataba jugadores de renombre, aunque esta ocasión la cartera solamente alcanzó para uno o dos.

Sin duda alguna al azul naranja (ahora sí) le urgía un delantero y también le hacía falta un jugador que regresara los reflectores y que le interesara a la afición, que generará expectativa y que le diera al equipo el beneficio de la duda.

Corre la fecha cuatro de la liga de plata y Vicente Matías Vuoso es oficialmente naranja, se ha vestido con la playera, se ha incorporado al proyecto, a la “nueva era” y debo reconocer que hay que puntualizar la sinceridad con la que se presentó ante los medios.

Algo modesto el argentino, hablo claro y no tuvo problema en reconocer, primero, que viene por Jaime Ordiales con quien estuvo en América, y segundo que viene a probarse a si mismo.

Matías me parece está en la etapa más difícil del futbolista, esa en la que dudas de la vigencia de tu talento, saber si tus piernas siguen corriendo como antes, probar si tus pies siguen teniendo habilidad con la pelota y sobre todo averiguar si tu corazón sigue motivado por un balón y una portería.

No es nada fácil sincerarte contigo mismo para saber que no eres aquel que arremetía disparos potentes contra la portería.

Es complicado que después de ser el foco de reflectores hoy estés en un club de la liga de ascenso, sin demeritar la división, para todo futbolista es mejor vivir el futbol del lado de la liga mx y no en la división inferior.

Hoy Matías Vuoso se enfrenta a un panorama que para el futbolista duele, el mismo lo platicó, ningún Club le lanzó la oferta, el fue quien tocó puertas y ninguna se abrió.

Es más difícil para Vuoso llegar a un Club con tanta hambre, con una afición desesperada, pero fiel, una tribuna cansada pero que vuelve a creer.

Un panorama que por sí solo no pinta color rosa, sin embargo, está aquí.

Y así como Vuoso se sinceró, hay que hacerlo también nosotros.

Seamos conscientes de que la solución para Correcaminos no es solamente un jugador de renombre, habilidoso, de gol y experiencia, la solución para un equipo es precisamente eso; ser equipo, uno capaz de ser el barco que flote y logre zarpar después de la tormenta, con el mar picado, con los marineros mareados y el capitán cansado.

La calidad del “Toro” es innegable, pero ni él mismo Messi ha podido solo con un partido.

Por eso es un deporte de conjunto, porque no es fácil competir con once que en individual.

No soy pesimista, al contrario, la llegada del argentino a Ciudad Victoria, sin duda será de reflectores y muy importante para el mundo del fútbol, solamente falta el toque final y ese lo veremos en acción cuando el refuerzo debute.

Ponemos palomita a Correcaminos por sorprender con la calidad de refuerzo, ponemos puntos suspensivos al resultado, hay que esperar la acción para ver lo que este equipo será capaz de hacer ya reforzado en la parte de arriba.

Mientras tanto, hay que ir al estadio para poder ver.