Este mes es el elegido de la comunidad LGTB y el 28 de junio el día exacto en el que cientos de personas piden se respete su diversidad, el tema nos lleva hasta el futbol, donde la FIFA ha pedido respeto. Así es, me refiero al famoso grito de “eeeh puto”, donde el principal motivo para la FIFA de quitarlo es que lo consideran homofóbico.

Gran polémica ha generado esta determinación de sancionar a México si los aficionados continúan con el famoso grito, el tema no es nuevo.

Han surgido infinidad de reacciones entre los mexicanos, unos apoyan el cese del famoso “coro” que los mexicanos entonan cada que despeja el portero rival, otros lo defienden argumentando que el grito de homofóbico no tiene nada y otros más hablan de la “terquedad” del mexicano de hacer lo contrario a las reglas.

Y es aquí donde parece que empezamos a crecer, y a dar muestra de que el mexicano no es como se le pinta, que sí muchas veces somos tercos, pero que también sabemos respetar.

Lo inimaginable está sucediendo, no podemos generalizar pues en este hermoso México habemos de todo, y muchos que van contra la corriente, pero al fin una determinación nos ha hecho unirnos y hacer caso.

Lo único malo es que casi casi nos tuvieron que decir “o no lo gritan, o ya no podrán entrar a los partidos”, bajita la mano, la FIFA nos llevó al límite y obedecimos.

Es verdad, el eh puto, no lo gritamos por qué seamos homofóbicos, ese grito surge del colorido que en nuestro país tiene el futbol, ese ambiente futbolero en el que no sólo gritamos eso y aquí en nuestro México todos lo entendemos, me atrevo a decir que hasta los arqueros se sienten raros cuando no lo escuchan… es ya parte del folclor del balompie, gritar de todo y hasta recordar a nuestras madres que nada tienen que ver.

Pero los mexicanos también sabemos respetar, sabemos entender que cuando te dicen que no se debe porque representa una ofensa para los demás, somos capaces de hacerlo.

También concuerdo con quienes dicen qué hay muchas más cosas importantes en que se preocupe la FIFA que en nuestro querido grito, pero si en este tema quieren ponernos freno, nada nos cuesta acoplarnos.

Leí y escuche muchos diciendo “entre más les digan que no, más lo van hacer”, pues llego el momento de ir contra las estadísticas que definen y mal a todos nosotros, los mexicanos somos mucho más que lo que hablan de nosotros.

Al parecer tanto las advertencias de la FIFA, como las medidas de retirar del estadio aficionados que lo griten y la campaña de concientización que lanzó la selección mexicana tuvo efecto al menos en el último partido ante Rusia.

El saldo fue blanco, ningún aficionado mexicano entonó el famoso grito y en el anterior ante Nueva Zelanda los mexicanos lo cambiaron por aplausos, aunque hubo dos expulsados del estadio de Sochi por insistir, les digo, tampoco podemos generalizar.

No pasa nada futboleros, es como cuando llegas a casa ajena y su costumbre es quitarse el calzado antes de entrar, uno entiende y aunque no comparta dicha regla, lo hace por respeto, simple respeto.

O como cuando viajas a otro país en donde ciertas palabras son ofensivas y aunque sean para nosotros palabras comunes, nos abstenemos de decirlas por respeto, volvemos al respeto.

En México tal vez nos permitan seguir haciéndolo porque para los de aquí el grito tiene otro sentido.

Pero llegó la hora de respetar, demostrar que el mexicano no es ese desobediente y valemadrista, bueno, al menos no todos.

Por algo se empieza ¿no creen? Y si algún día anda por allá disfrutando de un partido y sus compatriotas le dicen “sssshh” hágale caso, demuestre que no somos como nos quieren pintar, que somos mucho más de lo que quieren creer los países vecinos. No les demos la razón.