Definitivamente recordar es vivir, la presentación de los Broncos de Reynosa y los Sultanes de Monterrey en el duelo amistoso vivido este fin de semana en el Parque “Praxedis Balboa” trajo a mi mente esos buenos días donde acompañado de mi familia veía los encuentros de los extintos Cotorros de Victoria y donde se disfrutaba de un excelente ambiente de pelota caliente en la capital tamaulipeca, allá por la década de los 90’s.

Una vez más y tras lo vivido en el duelo entre estos dos equipos de la Liga Mexicana de Béisbol, comprobamos que la gente amante del rey de los deportes, esta hambrienta por ver esta disciplina en un recinto como el “Praxedis Balboa”, que fue abarrotado por más de 2500 personas que se dieron cita.

Familias enteras siguieron desde la primera entrada hasta la última, el duelo que si bien comenzó algo tibio, terminó por calentar a las novenas, al grado de olvidarse en el escenario tan poco apto que estaban, y meterle candela pura para brindar un espectáculo de primer nivel, que se veía reflejado en el graderío, donde en par de ocasiones arrancaron suspiros por jugadas de doble play, ponches y atrapadas a guante volteado que mostraron los profesionales.

El diamante dejó mucho que desear  por lo maltratado que esta, ante los años de inactividad para la disputa de “Doña Blanca”, centrando su vida en eventos de otra índole como Lucha Libre, Monster Trucks, Tochito, eventos políticos y hasta bailes populares.

Fue un auténtico “home run”, un vuela cercas, el ambiente que pusieron los victorenses y aficionados que asistieron, al conectarse en las paradas cortas con los equipos visitantes  y al vivir los elevados como jardinero central, pegado a la calle Berriozábal, -apuesto tenía el mejor de los panoramas de lo que estoy hablando-, como me encantaría soñar que Victoria regresará con un equipo a la Liga Mexicana de Béisbol, pero bueno sería un sueño en tiempos donde el futbol y el basquetbol profesional de Victoria son los dueños de innumerables fracasos.

Los que si de plano llegaron en la línea de foul, fueron las autoridades que retrasaron el encuentro por casi una hora con veinte minutos y todo por llegar tarde, me consta que no todos, pero ahora sí que como dice la biblia, “Pagarán justos por pecadores”, tras la rechifla de los aficionados y las dos novenas formadas en pleno sol que no se cansaban de gritar “Playball, playball”, por si fuera poco el Alcalde Alejandro Etienne Llano le hecho más leña al fuego, tras tomar el micrófono y equivocarse al decir en sus líneas partido de futbol en lugar de béisbol, por lo que lógicamente recibió fuertes reclamos en el graderío, tanto que le recordaron a su progenitora.

Puedo entender que el Parque “Praxedis Balboa” sea un diamante que ya tenga demasiados años de vida, que da lo que da nada más por estar allí ubicado, pero lo que si no puedo entender es que en pleno evento la organización del evento fue un pleno desastre, vendedores de comida adentro del estadio, no dejaban fluir el traslado de la gente, no se tuvo una firma de autógrafos para los niños que morían por una pelota, un guante, un bate firmado, ya que a la salida el tumulto fue de lo más estresante ante un calor que podía apabullar a cualquiera.

Jamás se contó con edecanes, ni animación entre cada entrada, solo la música del sonido que alentaba como si fuera una final de Softbol en el parque del 31 Morelos, no hubo algo que dejara un recuerdo de este partido histórico, solo gorras a las autoridades, incluso para poder tomarte una foto con los jugadores era como si se la estuvieras pidiendo a un artista de Rock, metiéndote entre no sé cuántos obstáculos, aplastando gente a la salida, pero bueno los detalles hacen grandes las cosas, ojala que Renán Martínez analice más estos detalles, para el gusto de la gente que fue la que pago su boleto por un evento de primera.

Por los pronto es todo y recuerde que haciendo deporte se disfruta más la vida.