Este sábado se desarrolló en el Estadio Tamaulipas la edición número 29 del Clásico Tamaulipeco, juego en el que Correcaminos y su afición terminaron siendo completamente humillados; tras una goleada que golpeó el orgullo que no se recuperará tan fácilmente y que a su vez fue uno de los encuentros más devastadores de la historia reciente del club.

Las comparaciones siempre van a ser malas, pero el regreso de la Jaiba Brava al Ascenso MX, ha tenido dos batallas que se han ejecutado en el Estado; la primera en el Marte R. Gómez y está última en el Coloso de la Unidad Nacional.

Mientras que en el Clásico pasado la tribuna en la capital no estuvo un lleno, teniendo un pobre espectáculo, en la cancha y en la grada sin importar el resultado favorable de 2-0, para la UAT, situación diferente a la que se vivió en el Tamaulipas, un estadio que tuvo vida propia, dejando un lado el tema del descenso y que para este juego la afición había perdonado a su equipo para juntos librar la batalla tamaulipeca.

Pocos pero fieles a Correcaminos hicieron el viaje al graderío jaibo, quienes al final terminaron siendo HUMILLADOS por el pobre juego de que dieron los jugadores de Jaime Ordiales; los cuales mancharon una camiseta que presentaba una hegemonía sobre los celestes.

Y es que en el campo, pesó más la “experiencia” de Diego Esqueda y Marc Crosas que la de un Pierre Ibarra y Matías Vuoso, en esta ocasión el equipo no fue digno representante de Correcaminos en un Clásico Tamaulipeco.

No todo fue miel sobre hojuelas, y es que varios de los medios de comunicación tuvimos que ocupar un palco que había sido clausurado por Protección Civil, pero que también había sido habilitado para la prensa, palco que se encontraba en deplorables condiciones y que parecía que en cualquier momento podía derrumbarse.

Un punto a destacar fue las medidas tomadas por los elementos de Fuerza Tamaulipas que escoltaron hasta la salida (15 minutos antes de acabado el encuentro) a la afición de Correcaminos evitando así cualquier tipo de conato de bronca o brote de violencia en la grada.

Regresando al tema, parece ser que de nueva cuenta Correcaminos se encuentra en problemas, y no hablo solamente de lo acontecido en los últimos partidos y de la humillación del Clásico Tamaulipeco, y mucho menos de la falta de idea de juego y la extrema rotación y exclusión de jugadores, hablo de la “afición”, esa tan golpeada, esa que no puede ni siquiera confiar un minuto de algún partido porque está consciente de lo que ha pasado en la historia reciente, donde el equipo, cada vez más los logra desilusionar, esa “afición” que prefiere abandonar.

Qué más quisiera uno ver que el estadio estuviera completamente lleno, que el estadio pesará como el Tamaulipas a favor de la Jaiba, pero no, aunque parezca fácil, Correcaminos tendrá que luchar por dar el mejor de los espectáculos en lo que resta del torneo y la Copa MX, el equipo tendrá que RESPETAR a los pocos, pero muy fieles aficionados de hueso Azul-Naranja que a pesar de todo siguen apoyando, y que sin importar lo que pase, siguen ilusionándose con que algún día regresar a ser aquel gigante Tamaulipeco con estadio a reventar y muy buen fútbol que mostrar.
¡Feliz inicio de semana!