Esta semana, ha sido una de esas semanas en las que te pones a pensar las situaciones que están aconteciendo en el fútbol victorense; especificamente en Correcaminos.

El sábado pasado, Correcaminos Segunda División disputó un partido en el que goleó por una diferencia de 10 goles a su rival. Por supuesto que este no es el primer rival que golea, mucho menos el único, pero el primero de los aspectos que quisiera recalcar, es la infraestructura con la que Correcaminos cuenta a comparación de los demás equipos de Liga de Nuevos Talentos.

Particularmente, el rival tenía un solo cambio en su banca y como es costumbre en este tipo de partidos, el equipo visitante no contaba con doctores, fisioterapeutas , asistente de DT, ni mucho menos un camión privado para trasladarse.

Los equipos de divisiones menores de Correcaminos tienen la posibilidad económica para sustentarse y eso es algo que se agradece al Club pero ¿Esto no es un gasto en vano?

Cada quien hace con su dinero lo que quiere, y cada quien lo invierte de la manera en que crea más satisfactoria, pero algo que me pone a pensar (y creo que no sólo a mi, sino a ustedes también) es la fuga de talento que desde siempre ha existido, existe y parecer ser que seguirá existiendo en la Ciudad.

Hoy existe un equipo de Segunda División muy centrado, lleno de ganas de trascender y lo más importante, con identidad. Veo a un equipo con jugadores que merecen una oportunidad, como “Leo” Franco, “Lalo” Juárez, “Tito” Paz, Adán Núñez, Orlando Jiménez y Armando Arce; una oportunidad que en su momento recibieron Pedro Hernández, Mario Tinajero y Andrés Valdez.

Se tiene la capacidad económica, se tiene la infraestructura y se tiene el material humano para sacar este proyecto adelante. Correcaminos tiene buena cantera y lo mas importante, esta cantera tiene el apoyo de los aficionados que se sienten identificados con esos muchachos victorenses que de Tercera o Segunda División dieron el paso a el Ascenso…

¿Dónde están todas esas jóvenes promesas victorenses? ¿Por qué esa cantera poco a poco fue desapareciendo? ¿Por qué a un victorense se le exige muchísimo más que a un jugador canterano de Tigres o Rayados?

Como dice una frase muy conocida… “Nadie es profeta en su tierra”, pero sigue dejando mucho que desear las pocas oportunidades y la forma en que el equipo le cierra las puertas a jóvenes que quieren defender los colores azul-naranja.