POR: ERNESTO MARTINEZ PONCE

A seguir luchando por ascender…algún día, así de plano la sentencia pesa sobre el Correcaminos que fue humillado en la final de “vuelta” por el León, no recuerdo a bote pronto un marcador tan escandaloso en un cotejo decisivo por subir la categoría de cualquier equipo.

Seamos honestos el peor partido de los “azul naranjas” lo jugaron en el momento menos idóneo, ¿Qué les pasó? ¿Por qué su accionar? ¿Se asustaron al ver el Nou Camp lleno a tope por la afición esmeralda? ¿Se les olvido que sabían jugar soccer? Era la ocasión para ingresar a la historia, tanto jugadores como técnico estarían bebiendo la gloria del ascenso escuchando ofertas para un mejor futuro económico, o el simple hecho de saber que podrían vestir la casa del “corre” en Primera División.

Lamentable resulta ver la frustración de los aficionados de ésta capital tamaulipeca, que una vez más han quedado con el sueño de ver a sus plumíferos enclaustrados en la división de ascenso, tan cerca de acariciar y saborear el retorno a la división de lujo en nuestro país, pero al mismo tiempo tan lejos… así quedo al final…lejos, muy lejos.

A pesar de que Pancho Filizola había anunciado –quizás al calor de la pasión que brinda pelear un ascenso- las mejoras a la infraestructura del “Marte R. Gómez” donde agregarían más gradas, mejora a vestidores de equipos y árbitros, sala de prensa, etc; me pregunto ¿ejecutarán dichas obras tras el fracaso en León? Dudo mucho que alguien tenga ánimo –del equipo- en la semana de siquiera pisar el estadio, lo mejor sería dejar pasar éstos días para con la cabeza fría buscar responsabilidades de cada quien en la consecución del objetivo final –el título del año pasado de nada sirvió-  replantear el proyecto,  ver quienes se quedan para intentarlo una vez más.

Por cierto, al observar por televisión el juego, no pudo escapar mi sentimiento de recordar inmediatamente el ascenso  a Primera Nacional –único en la historia moderna del fútbol tamaulipeco- del Tampico Madero en la ’93-’94, la estructura similar del “Nou Camp” con el “Tamaulipas” (lo hizo el mismo arquitecto Felipe Arreguí) sobre todo al escuchar el aliento de los aficionados esmeraldas y ver el festejo;  imposible trasladar la mente a tan inenarrable emoción….uff!! Que tiempos “señor Don Simón” ¿dónde quedan aquellos jugadores de coraje, garra, pasión, compromiso con la camiseta? si hay o no pago de quincenas, importa la lucha por ascender, así como el dar alegría a la afición, el ver a titanes en el terreno de juego que no les tiemblen las piernas, ni les de pánico escénico al ver un estadio –como visitantes- lleno hasta las lámparas; que no se les olvide lo que es jugar, encarar la responsabilidad con el destino y futuro inmediato para elevar el prestigio de la institución, así como del propio futbolista y estratega, nada como la victoria. Se las dejo de tarea a los del “Correcaminos” que sólo fueron a pararse el sábado al estadio del León.

Tras diez largos años de espera, uno de los equipos leyendas de nuestro balompié retorna a la división de lujo a costillas del Correcaminos, seguramente no imaginaron que sería por tan abultado marcador. Los “azul naranja” regresan haciendo “pi, pi, pi” cual llanto del “Chavo del 8” en vez del tradicional “beep, beep, beep”  ese canto tendrá que esperar para mejor ocasión. Antes de finalizar este editorial lanzo un cuestionamiento más apreciable lector ¿Cuántos aficionados regresarán al Marte R. Gómez al inicio del nuevo torneo de ascenso? Ahí se verá si son de hueso colorado siguen a muerte al “Corre” o el enojo y frustración por no ascender deberán disiparlo con extraordinarios resultados quienes continúen portando la playera del equipo de ésta capital, por cierto lo que nunca pudo hacer el coyote en la caricatura lo hizo…………..LEÓN DESPLUMÓ AL CORRECAMINOS.

POR HOY ES TODO, HASTA LA PROXIMA. MIENTRAS TANTO HAGA DEPORTE QUE NADA LE CUESTA.