Llegan una vez más las vacaciones escolares y con ello el sufrir de los padres de familia sobre ¿Qué hacer con los hijos? Pues bien los campamentos de verano son opciones muy valiosas que permiten a los peques descubrir el gusto por un deporte que quizás antes no le hubiesen entendido o llamado la atención.

Tanto en las universidades públicas, privadas y los propios ayuntamientos promueven actividades recreativas que sin duda abren en los niños inquietud por ejercitarse, mantener la mente ocupada pero lo más importante cuidar al máximo su salud mediante el ejercicio.

En los tiempos actuales se ha impulsado mucho el tema de la obesidad infantil, evitarles enfermedades a temprana edad, así como alejarlos del ocio lo cual no es buena compañía; alejado de la idea el padre de familia de “para que me lo entretengan en la mañana, lo llevo” debe principalmente mentalizarse en buscar un beneficio sumamente positivo para sus hijos.

Además de que los pequeñines abrirán el espacio para hacer nuevos amigos, el socializar de una forma adecuada es también sinónimo de una juventud para el mejor desarrollo de nuestra sociedad. Las grandes ciudades logran contar con mejores profesionistas y deportistas porque hubo actividades que provocaron habilidades bien encauzadas en su niñez, de ahí que debemos imitar lo bueno procurando mejorar a través de los campamentos el desarrollo de nuestra niñez.

Los tiempos han cambiado, quizás antes no había la más remota idea de lo valioso de asistir a un campamento –privado o público- el padre de familia debe fijar bien su análisis en la calidad y profesionalización de con quienes convivirá su hijo, la seguridad que se brinda alrededor del mismo, el contar con servicios médicos y quien respalda dicho campamento.

No toma mucho ni se requiere de conocimientos especiales para saber a quién confiar a su hijo en la convivencia de cualesquier campamento; pero si me permite apreciable lector lo imperativo es procurar actividades que reditúen a los niños un mejor crecimiento.

Futbol, basquetbol, beisbol, karate, natación, actividades teatrales, recreativas, en fin, todo ello es parte de la formación y estimulo mental de los peques por lo que sólo así crecerán sanos y veremos una mejor sociedad.

Y ah bueno, claro que también muchos muestran cualidades para tal o cual deporte, seguro los invitarán a formar parte de algún equipo para en un futuro próximo representar al municipio o institución en campeonatos de relevancia; hay niños que tienen dotes que sólo en campamentos de verano se les descubren y pueden abrazar una disciplina que sin duda los moldeará como mejores personas y deportistas de renombre.

No todo es flojear en casa, no sólo es mirar la televisión o estar pegados en los videojuegos, y engullendo comida chatarra que da paso a enfermedades y principalmente la obesidad infantil.

Es cierto son vacaciones, pero deben ser bien aprovechadas por los niños y la satisfacción de los padres por apoyar de esa forma el desarrollo de sus hijos.

Quizás en nuestros tiempos no había estas actividades, nos entreteníamos diferente, pero los tiempos han cambiado y hay que aprovechar las oportunidades que brindan los campamentos de verano, creados desde mediados de los ochentas, ¿Quién fue el primero? Es lo de menos la calidad es la que marca la diferencia, por lo que a los pequeños lectores les invito a pensar y disfrutar porque……EL DEPORTE ES DIVERSIÒN.

POR HOY ES TODO, HASTA LA PROXIMA, MIENTRAS TANTO HAGA DEPORTE QUE NADA LE CUESTA