Desde hace algunos meses es latente, no lo podía creer, muchas veces no imaginas que la historia de uno de los grandes íconos de la capital se puede borrar así, tan fácil y tan sencillo, sin embargo, la desaparición de la Liga de Ascenso fue un duro golpe, Correcaminos dejó de ser el negocio perfecto y está en riesgo de desaparecer.

Para muchos la solución es sencilla, no se puede gastar más dinero del erario público en un equipo de futbol profesional, desconocen lo que genera a nivel social, las historias que hay detrás, las que cada aficionado alimenta y enriquece durante los 40 años del equipo, tristemente se ha desvirtuado, Correcaminos perdió su esencia, ha sido muy maltratado, saqueado, ultrajado y utilizado al antojo por directivos, dejó de ser de los universitarios, dejó de ser del pueblo.

No es hoy, no sabemos si es mañana o acabando el torneo, el próximo año, es decir, no tiene fecha definida, lo que sí es una realidad es que está latente; primero fueron las fuerzas básicas, esas que se cansaron de levantar la mano por una oportunidad, no es un mito que ser tamaulipeco era la peor carta de presentación en el equipo, ahí no era negocio, un chavo que jugaba en cualquier otro club, que había sido cortado, tenía más oportunidad de llegar que uno local.

También pasa con las Academias, antes llamadas escuelas Correcaminos, esas que han usado presupuesto Federal por años para “prevenir el delito”, que han inflado cifras con tal de usar ese presupuesto en otros rubros, que fueron pantalla de administraciones anteriores y que continuó Miguel Mansur, han succionado hasta el último centavo, no para sacar un simple jugador, sino para obtener un beneficio.

La Segunda y la Tercera dejaron ir a sus jugadores, aprovecharon lo poco o mucho que les servía para la Liga de Expansión, la más gris y la más mediocre de las Ligas, sin ascenso, sin incentivo y con limitaciones, en una época de pandemia en la que decidieron acabar con los sueños de plazas como la nuestra.

La actuación de anoche ante Tapatío fue una decepción más, ni el técnico supo qué hacer con los jugadores, apáticos, sin alma y sin corazón, incluso sus declaraciones obedecen a algo extra futbol, “nos desmotiva a todos jugar en esta liga de desarrollo”, me queda claro que es un buen entrenador, hace lo que puede con lo que tiene, pero sus armas son limitadas con una directiva que va de querer dirigir un equipo a llevar una precampaña política, ¿y después declinar?
Correcaminos necesita una directiva de tiempo completo, una que sepa de futbol, que tenga relación y enlaces con la Liga y la FeMexFut, que tenga una estrategia para solventar desde la iniciativa privada al equipo, que quiera hacer algo para la institución y no en beneficio propio, es increíble que nunca habrá transparencia en un equipo que depende de Gobierno y de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

Mucha gente sigue esperando la resolución en el TAS, ¡y sigue sin deliberar!, con buenos abogados alargaron el caso, ya van más de tres semanas que se cumplió la fecha, es casi un hecho que será a favor de la Federación Mexicana, misma que ha sido rencorosa con los equipos que “se brincan las trancas” de sus intereses, en este caso Correcaminos se fue en ese vagón, con un directivo que primero se puso “gallo” y terminó siendo “gallina” sin poner producto, cambiando el discurso inicial, ese que se le aplaudió al principio y que terminó por revirar.

¿Por qué Miguel Mansur se esconde?, no quiere dar la cara para Correcaminos, no da avances, no hay metas, no hay objetivo, no hay un plan estructurado, el único que se le conoce es el de su imagen, esa que se cansa de vender como político de medio pelo.

Cuando el tiempo alcance a las nulas acciones de la directiva de Correcaminos, no busquen culpables en los jugadores, en los partidos perdidos, cuando desaparezca no van a recordar esas acciones que se dejaron de hacer, y solo se va recordar al que quiso ser Presidente Municipal y le tocó ser Presidente de Correcaminos.

Que tengan un buen día
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