Hemos vivido un fin de semana intenso, intenso para el mundo del futbol, un fin de semana de clásicos. Episodios que muchos hoy recuerdan con una sonrisa en su rostro, mientras otros quieren darle “vuelta a la página” lo más pronto posible.
Aquí nos topamos con Tamaulipas, con dos equipos en contraste, seguramente los seguidores y jugadores de Tampico Madero, hoy vuelven a leer las crónicas en medios de comunicación, los resultados, los videos y las fotografías del clásico número 29, que fue para ellos.
Mientras Correcaminos quiere olvidar el episodio doloroso que sufrió.
Seguramente los “jaibos” se sienten orgullosos no solo de su equipo si no de ellos mismos, pues el Estadio Tamaulipas dio cátedra de lo que puede llegar a lograr una tribuna bien organizada en conjunto con el apoyo de la directiva.
Aquel inmueble se pintó de celeste, el mosaico albiceleste se veía como de película.
Y qué organización para lograr que más de 20 mil personas se coordinaran tan bien para que la grada luciera. Y al final del encuentro, se apagaron las luces… y ¡magia! Insisto, era como de película.
De quien haya surgido la idea, merece mil aplausos así como los merece cada uno de los aficionados que no solo se dieron cita, si no que estuvieron atentos a redes y siguieron las propuestas para ser una grada imponente, vibrante y digna de admirarse.
Hay que saber reconocer cuando el otro hace las cosas bien, hay que aprender que cosas así se puede lograr en el Ascenso Mx.
Hay que intentarlo. A Correcaminos le hace falta ese “alguien” que convoque, para que después existan esos “muchos” que lo logren.
Igual y a la primera no sale, pero hasta la fecha, en mi tiempo dentro de este ambiente, no me ha tocado leer la iniciativa ni dentro ni fuera del Club.
Lo que sucedió en la grada del clásico Tamulipeco armonizó totalmente con lo que sucedió en la cancha.
Correcaminos hizo todo lo contrario a la tribuna del Tamaulipas, cayó en inconsistencias, desorden, distracciones y no tuvo la capacidad de reacción. Esa que tanto se necesita en el futbol, porque al final es un deporte circunstancial, donde nada está escrito.
No es pretexto quedarte con diez, tal vez sí desventaja pero no pretexto para regalar el clásico así.
Y digo regalar porque después del primer gol Correcaminos se perdió, por lapsos lo intentó, pero no era por lapsos como se tenía que levantar, era minuto a minuto y falló.
El panorama se complica, se aprieta y tensa para los de Ciudad Victoria, se clavaron ya en lo último de la tabla general, lugar 16 para ser exactos. Está a 15 puntos de la zona de liguilla. Si el próximo partido no se gana, volveremos a rezar para que se den combinaciones y se pueda colar en la calificación.
A diferencia de Tampico que el clásico lo empujó hasta la posición 10 y a un punto de distancia de la zona de calificación.
Ojalá el equipo encuentre empuje en sí mismo, ojalá le dé un regalo a su afición, que ha estado ahí, que creyó en él y le dio el beneficio de la duda, ojala reaccione ya, porque el amor si no se cuida y cultiva se acaba.
Que tengan un guapo lunes. Un día de esos que caen bien.