Si algo hay que entender de los partidos llamados clásicos es que se juegan más de solo tres puntos, no se trata solamente de futbol, no significa una institución o club enfrentando a otro, los clásicos tienen ese plus, muchas veces regional, otras veces históricos, todos encausados a la pasión y el odio al rival.

No me malinterpreten, es odio deportivo, en el futbol la pasión juega un papel importante, es un motor que mueve, es el principal energético para resolver dificultades, la pasión exagera porque esa es su naturaleza, y se vive diferente un partido en un entorno tan extraordinario como un clásico.

El Clásico Tamaulipeco no es la excepción, es algo regional, probablemente solo en Tamaulipas lo miden con esa pasión, solo esas ciudades hermanas comprenden ese odio de ser uno del centro y otro del sur, Ciudad Victoria por ser la capital y Tampico-Madero por compartir al equipo en su zona conurbada.

El odio deportivo alcanzado ha sido histórico, no hablo de los pleitos de niños en las gradas, esos hay que erradicarlos, no llevan a nada, el futbol debe ser familiar, además, suficientes problemas de seguridad se tienen para generarlos con un balón en un rectángulo verde, hablo de la historia que se tiene.

Fue en 1987, uno de los años más importantes por la gran hazaña del ascenso, la cual se logra en el mes de junio, y fue en ese mismo año cuando Ciudad Victoria debutaría en Primera División y el Estadio Marte R. Gómez tendría como primer invitado a Tampico Madero, compromiso que terminaba empatado y daba inicio a la rivalidad.

Fueron muchos hechos, desde goleadas con Carlos Pavón y el “Charro” Mendoza en 1997, los goles de la “Yaya” Álvarez, el “gallinazo” que bailó Bosco Frontán, hasta los arrebates de Diego Menghi, la historia pone por delante a Correcaminos, al menos en números.

Recordemos que ocho años tuvieron que pasar para que Tampico Madero regresara al Ascenso Mx, y fue en el Torneo Apertura 2016 cuando Orlegi Deportes toma las riendas y ambos equipos se volvieron a ver las caras.

Ningún ‘hincha’ de Correcaminos lo va a reconocer, pero estoy seguro que más de uno les dio gusto volver a tener esa rivalidad en la cancha, el estadio Marte R. Gómez fue el escenario para el regreso triunfal del Clásico Tamaulipeco. Por fin, después de una larga espera, los aficionados Correcaminos y Jaibos volverían a vivir la emoción y el sentimiento que un Clásico Tamaulipeco representa.

La Jaiba Brava o el llamado TM Futbol Club, regresó con un propósito, renacer, jugadores, aficionados, cuerpo técnico y directiva iniciaban el camino hacia el ansiado ascenso, sumándose al otro equipo tamaulipeco en la larga búsqueda por volver a la cúspide del balompié azteca.

Sin embargo, ambos equipos han dados tumbos, hoy pelean el descenso, ningún club lo tenía en sus planes, pero eso le pone aún más sabor al encuentro de este viernes, si el interés es regresar, imagínense mandar a tu acérrimo rival a la división de abajo, ¡de locura!

El Clásico Tamaulipeco se mide con otra vara, cada encuentro se suma a la historia, será la edición XXXIII, Correcaminos guarda una hegemonía sobre los celestes, y aunque parecen pocos los partidos entre ellos la rivalidad es de años, entre tumbos e historia.